Un texto para los dias de andar por lo bajo...... estoy putamente triste- dijo la avestruz y todo quedo en off.
Capitulaciones de ausencia.
0.1
Y el viento frió que tanto me gustaba ahora venia a lastimar las llagas de mi cara, el mismo viento que jugara no hace tantas estaciones con mi cabello rizado, el mismo que fuera cómplice de mis barcos de papel, de mis cometas cargadas de mensajes indescifrables para tus ojos y en los cuales no hacia mas que pedirle una y otra vez al rey trueno viniera a calentarme como justo precio eterno por tener la osadía de querer tenerte, ahora venia ese viento y me recordaba que también en sus brazos vieja la arena, arena del tiempo que hoy vino a dejarme ciego, arena que se mete en mis heridas y que se ya nunca sanaran pues tu eras la única poción para sanar mi cuerpo de los ataques de las aves de rapiña que duermen en mi lecho.
0.2
El oleaje esta mas feroz que de costumbre, golpea contra el malecón como queriendo meterse y llevarnos de una buena vez a su manto de vida ¡Regresen a casa ingratos hijos de agua! Grita el mar. Le temo. Soy un bicho de desierto, siempre fui del abandono al olvido, el olvido me convirtió en un ser sin pasado y por eso libre y por eso jodido rejodido, ahora el mar me viene a cobrar una vieja deuda, tendré que llenar mis pulmones una vez mas, pero esta no tendrá absolución, mi hora esta de partida, no queda arena en la playa, no tengo un solo leño del que tomarme.
0.3
Un hombre sin memoria es un condenado, es libre, dueño y amo del universo. Acaso nunca haz deseado la suerte del retrasado mental de tu barrio, no te mientas. Me deshice hace tiempo ¿o no? de la memoria y la mande al olvido, no recuerdo cual fue el motivo, no tengo quien me recuerde porque estoy solo, hay un nombre escrito en la pared y el aroma de una mujer que invento y destruyo en mi cabeza todas las noches en esta oscura habitación, que por cierto no se como pago. Soy el dueño del mundo por que nada me pertenece y nada puedo tener, doy el dueño porque no podría recordar donde deje las llaves del séptimo día, soy libre y por ende soy una presa deseada por los cazadores de cabezas de este bosque. Soy un condenado por que no encuentro la salida, soy esa parte del cuento donde de algo sirve haber soñado, pero soy un libro mutilado.
0.4
El juego no siempre quema. Pongo las manos sobre la caldera y sus chispas me tocan con más suavidad que la llovizna. El fuego es rojo, amarillo, negro, verde, violeta, azul y naranja. Me pierdo en su infinito, me paso horas enteras observando su danza de vida, en ocasiones hasta te he podido ver, te veo y danzas con otro, te dejas llevar en una sinfonía de placer que yo nunca podría componerte, te dejas tomar toda sin rejas, sin pudor, sin sentido a mi forma de ver, yo que te amo y no tengo un buen argumento para no matarte de una buena vez. Al final soy menos que las cenizas, menos que los restos de troncos de la hoguera donde pague mis excesos y fui condenado por hereje y falto de un dios.
0.5
Levanto emocionado la botella de vino barato, hoy no pague por ella, me metí en un supermercado y debajo de mi viejo abrigo guarde el bebedizo. Aunque debo decir que nunca me había robado nada y aun conservo algunas monedas de oro que quedaron de mi última función en algún cubículo, también debo decir que me gusto bastante. Pienso en las uvas de donde extrajeron tan dulce liquido, quiero pensar que fueron pisadas por los pies de una mujer trigueña con el cabello largo y con los ojos profundos. Me gustaría ser exprimido hasta la última gota por los pies de mi chica de los ojos tristes, pero no la encuentro. Llevo mucho tiempo frente al mar, sentado en la hoguera, con el viento intentando llevarme de polizón a alguna galaxia sin chocolate, no encuentro su mirada en ninguna parte, y creo que estoy cayendo en un abismo del que ya nunca podré salir. Soy un cero sin compañía, un punto que no termina nada, una sumatoria siempre con tendencia a la baja.
JAVIER MOYANO
DIRECTOR RABIARTE
COFUNDADOR SIN. ISMO